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Matadero Modelo


Los mataderos de Francisco Salamone en la pampa Argentina .



Este archivo online reúne escaneos 3D y reconstrucciones parciales de los mataderos construidos por el arquitecto Francisco Salamone en la década de 1930 en la pampa argentina. Estas estructuras únicas y extrañas, construidas en una ecléctica mezcla de modernismo y art deco, despliegan una rara exuberancia arquitectónica generalmente reservada para edificios civiles. A pesar de que la obra de Salamone ha disfrutado de una reciente revalorización, estas estructuras en particular han permanecido en gran parte ignoradas. Este proyecto examina a estos edificios como espacios que contienen respuestas valiosas sobre cómo la industria ganadera contribuyó a darle forma a una nación conocida mundialmente por la producción de carne y la cultura del asado.






El matadero de Guaminí fue construido en 1937. El plano original sobre el que está montado el modelo 3D presenta un gran nivel de detalle sobre la función de cada parte del establecimiento. Esto facilita la comprensión del espectador sobre el complejo funcionamiento del edificio, así como también sobre el gran nivel de detalle de los dibujos de Salomone y su calidad estética. Una de las características más llamativas de este matadero es el modo en que evoca la forma de la cabeza de una vaca cuando se lo mira desde arriba. Este edificio estuvo activo hasta la década de 1980, cuando fue cerrado por orden municipal. Alrededor de esta época, ocurrió un cierre general de los mataderos de Salamone en la provincia de Buenos Aires que respondió a la preocupación general por sus condiciones de higiene y resultó en la centralización de la industria de la carne en los frigoríficos.



El matadero de Azul fue construido en 1937 y representa una de las versiones más evolucionadas de los grandes mataderos de Salamone. Es el único de estos edificios que presenta una galería exterior destinada a proveer sombra y refugio a los trabajadores. Su elemento decorativo más impresionante es la torre, que tiene la forma de una cuchilla convirtiéndose en una referencia distintiva al manejo de los animales en el interior. En la superposición del plano original y el modelo 3D, se puede observar la adición de una pared en el lado derecho del edificio. Este tipo de adiciones, que en algunos casos vuelven a los edificios irreconocibles en relación a su plan original, son parte de la evolución a la que fueron sometidos para cumplir requerimientos municipales de higiene a través del tiempo.





Entre 1936 y 1940, Francisco Salamone erigió más de sesenta piezas de infraestructura civil a través de la vasta pampa Argentina; incluyendo palacios municipales, cementerios y mataderos. Estos proyectos fueron comisionados por el gobierno de Buenos Aires como parte de la campaña más amplia de reactivar la economía provincial tras el Crac del 29. Como gobernador, Manuel Fresco adoptó muchos de los lineamientos políticos del régimen facista de Mussolini que llevaron a que la década de 1930 pasara a ser conocida como ‘La Década Infame’ en la historia argentina. En este contexto, la obra de Salamone tuvo la función de señalar el poder del estado a través de la construcción de estructuras monumentales en el paisaje rural y en su mayor parte plano de la pampa.


Los mataderos de Salamone no tienen antecedentes formales en la provincia de Buenos Aires. La principal premisa para su construcción fue mejorar la sanidad de los procesos de faenamiento de ganado. La producción de carne en estos edificios estuvo destinada al mercado regional, siendo los matarifes y carniceros locales los encargados de llevar a cabo los procesos de faenamiento bajo supervisión municipal. El tamaño de estos edificios dependió del volumen de la faena y la demanda de los distritos donde fueron emplazados, pero en líneas generales pueden subdividirse en ‘pequeños mataderos’ y ‘grandes mataderos’, estos últimos también designados en oportunidades como ‘mataderos modelo’. Estas instalaciones respondieron a la necesidad de contar con tres sectores principales: los corrales para el ganado vivo, el espacio para el sacrificio y la faena, y la playa de despacho para las carnes. Estos sectores se complementaron con oficinas de control veterinario, un vestuario para el personal y una caldera e incinerador, con algunas variaciones. Salamone resolvió estas necesidades implementando un modelo fordista pero sus edificios también se caracterizaron por una fuerte impronta decorativa.


En décadas recientes, la obra de Salomone recibió atención pública como un ejemplo excepcional de Art Deco y un caso único de la adaptación local de las estéticas europeas de la época. Sin embargo, entre los cementerios, palacios municipales y plazas públicas, los mataderos permanecen como una parte en gran medida olvidada de su obra. Estos edificios pueden ser pensados como la parte más desafiante de su trabajo dado que instalan un gran número de preguntas sobre la naturaleza original del proyecto del que formaron parte, la idea de nación que representan y el complejo arco narrativo que los lleva hasta el presente. En la actualidad, estos edificios aún se mantienen en pie como ruinas misteriosas e inquietantes. Construidos en el período de dos años, entre 1937 y 1938, estos establecimientos de faenamiento animal son reservorios de historias más amplias sobre la ruralidad, la industria ganadera argentina, los actores sociales que se desarrollaron en su proximidad y la pregunta más extensa sobre los animales en la construcción cultural de la nación.


A medida que la mayoría de estos edificios se caen a pedazos ante la falta de políticas integrales de preservación o se enfrentan a transformaciones radicales para servir nuevas funciones en las comunidades donde se emplazan, las historias contenidas en los ‘Mataderos Modelo’ de Salamone están comenzando a desvanecerse.  Revisitarlos a través de la herramienta experimental de las tecnologías de escaneo 3D intenta presentarlos al mismo tiempo como ejemplos de obras tanto funcionales como estéticas para que puedan ser abordados con nuevas preguntas y desde diferentes puntos de vista.


Sobre Meiller y Rebek




Las prácticas de Valeria Meiller y Bika Rebek se intersectan en la curiosidad por el trabajo interdisciplinario y su interés por el giro posthumanista en los estudios culturales. El trabajo de Valeria como escritora y académica está orientado por un fuerte interés en las formas en que las historias humanas se relacionan con las de historias de los no humanos y con el medio ambiente. El trabajo de Bika como arquitecta y educadora está definido por un marcado interés en el rol de la tecnología dentro de las prácticas culturales contemporáneas, con especial énfasis en el escaneo y los modelos 3D como herramientas experimentales para estudiar, archivar y evaluar la arquitectura.

Este proyecto en Argentina es la segunda iteración de su curiosidad compartida por evaluar historias sociales y culturales a través de los edificios; que empezó con un viaje a la región de los balcanes, en la que visitaron edificios, monumentos y sitios históricos a través de Croacia, Bosnia y Herzegovina, Montenegro y Serbia, interrogando la narrativa de la arquitectura socialista de la ex-Yugoslavia. A menudo, se encuentran leyendo los mismos libros y hablando sobre cómo sus disciplinas son capaces de iluminar diferentes aspectos de las mismas conversaciones.



Valeria Meiller es una escritora argentina basada en Estados Unidos con un ávido interés en la ecología y el medio ambiente. Actualmente se encuentra terminando su doctorado en la Universidad de Georgetown. Su disertación Argentina, una nación en carne viva: confrontando al ganado en el matadero analiza representaciones visuales y literarias de mataderos argentinos desde la perspectiva del nuevo materialismo y los estudios animales. Es autora de los libros de poesía El Recreo (2010), Tilos (2010), El mes raro (2014) y El libro de los caballitos (de próxima aparición).

Como parte de su práctica ha desarrollado proyectos interdisciplinarios para la 5ta Bienal de Diseño de Estambul, el Centro de Arte Contemporáneo de Lituania y la Fundación Emily Harvey en Nueva York. Valeria es licenciada en teoría literaria por la Universidad de Buenos Aires y tiene un máster en estudios culturales en español y portugués de la Universidad de Georgetown. Ha traducido el trabajo de muchos autores contemporáneos del inglés al español, incluyendo a Donna Haraway, Dorothea Lasky, Noah Cicero y Tao Lin.



Bika Rebek es socia fundadora de Some Place Studio (SPS), una práctica de arquitectura basada entre Nueva York y Viena. SPS ha realizado proyectos para un gran número de instituciones internacionales, incluyendo el Museo de Artes Aplicadas de Viena, el Dhaka Art Summit, el Haus der Architektur en Graz y la Bienal de Venecia, y ha trabajado en colaboración con clientes como Samsung, 2x4, Weav Music y Sagmeister & Walsh.

Como educadora y asidua mentora de arquitectos jóvenes, Bika es parte de la junta asesora de Future Architecture Platform, una plataforma paneuropea de museos de arquitectura, festivales y productores. Bika se graduó con un diploma en arquitectura en la Universidad de Artes Aplicadas de Viena y tiene un máster en prácticas críticas, curatoriales y conceptuales en arquitectura por la Universidad de Columbia. Desde 2015 es docente en Columbia GSAPP, donde enseña cursos y seminarios sobre diseño y estudios visuales.